Desde
el nacimiento de los primeros diarios, una extraña psicosis ha invadido a la sociedad
con la cuestión “¿Cuál es el futuro del periodismo?”. No es menos cierto que, a
día de hoy, no tenemos respuesta para la cuestión ni para la psicosis.
Es
evidente que el periodismo está sujeto a dos variables en constante cambio y
normalmente en progreso: la tecnología y la sociedad. Los avances tecnológicos
han beneficiado la trasformación del periodismo y su práctica a través de la
redacción, la fotografía, la radiodifusión y la televisión. Sin embargo, los
cambios sociales, como el surgimiento de una dictadura, han perjudicado
ocasionalmente al desarrollo de la actividad periodística.
Actualmente,
en un periodo de democracia, los periodistas no temen tanto la falta de garantías
sociales, sino al cambio de los medios. En un primer momento, la prensa escrita.
Luego, con la inclusión de la fotografía. Más tarde, la radio. No hace mucho,
la televisión. ¿Y ahora? Ahora Internet. Internet es el gran conocido-desconocido. Internet innova cualquier concepción sobre sociedad,
economía y metodología. Los empresarios tiemblan. Con una conexión de red,
cualquier persona con una idea puede desarrollarla y pasar a formar parte del
mercado. Es más, ya no se trabaja para cobrar del consumidor; se trabaja para cobrar
de las grandes empresas que deseen publicitarse en su producto. Ahora, no
importa tanto desarrollar un producto de calidad, sino que sea accesible al
público. Los más puristas tiemblan ante el intrusismo, pero si una persona sin
conocimientos ni experiencia lo está haciendo mejor que un licenciado, hay un
problema.
En
mi opinión, no creo que la pluralidad de iniciativas perjudique al periodista,
al contrario, le beneficiará, pues se encontrará ante una situación de libre
mercado que premiará la capacidad. ¿Y las grandes empresas? Las grandes
empresas, como los grandes imperios, caerán. No se puede sostener un modelo no competitivo.
Estoy seguro de que los periodistas liberados del yugo editorial serán auténticos
abanderados de la libertad y de la democracia.
Gran entrada David e interesante punto de vista, a tener en cuenta.
ResponderEliminarYo también pienso que, la profesión del periodista está "sufriendo" un gran cambio en los últimos tiempos. Y digo "sufriendo" porque tampoco lo veo como algo malo, es más trabajo y se sigue una metodología distinta, sí, pero a su vez no deja de enriquecerse en otras actividades relacionadas con su trabajo, que no harán otra cosa sino enriquecerlo.
Es cierto que, como estamos dando actualmente en teorías de la información, la mayoría de trabajadores (entre ellos periodistas) que han tenido que incorporar la tecnología a su forma de trabajar y, por tanto, a su día a día, son muchos.
Es cierto también que no es lo mismo ser un nativo digital que un inmigrante digital ( lo que son la mayoría de estas personas), pero está comprobado que, con esfuerzo y actitud uno se puede adaptar (y más si de ello depende tu trabajo), por lo que ese aspecto no es un problema pasadas las primeras semanas de adaptación tecnológica.
A su vez, tanta tecnología lleva a la gente de a pie, a los ciudadanos a hablar. Pero yo tampoco lo considero algo malo. Es el derecho que todo el mundo tiene a expresarse e informar y es problema (y deber) de los lectores de estos "intrusos en la profesión" el contrastar los datos con los verdaderos profesionales de la información. Y, evidentemente, no será comparable la información aportada por uno que por otro...
Estoy de acuerdo con Yaiza, ¡gran entrada David!
ResponderEliminarPara empezar, yo creo que el periodismo ha sufrido grandes cambios a lo largo del siglo XX y XXI como muestras con la incursión de la radio, televisión e internet.
Como dice Yaiza esto supondrá un problema al principio, ya que aquellas personas envueltas en una nueva realidad y sociedad deben adaptarse ya que de ello depende su trabajo y su futuro, con esto hago referencia al término de ''Inmigrante digital''.
De igual manera pienso que hoy en día, y cada vez en mayor medida, está teniendo lugar la ''participación'' de estos intrusos que son enchufados e impiden a la gente preparada y periodísticamente correcta acceder a los puestos que de verdad se merecen.
Gran reflexión David; éste es un tema, que por mi propia experiencia nos han comentado ya varias veces a lo largo de este primer curso. Las nuevas tecnologías, como la fotografía, radio, televisión y ahora internet han supuesto un cambio radical en el mundo del periodismo. Pero no solo en el periodismo, sino en prácticamente en todas las ramas de la comunicación y sobre todo, en los clientes de las mismas. Muchas personas como bien dicen Rubén y Yaiza, son inmigrantes digitales, y no pueden llegar a aprovechar el esfuerzo que el periodista desempeña. Pienso que todo es cuestión de tiempo, y sino fijaros en los más pequeños de las casas, tienen un uso magnífico de las tecnologías. Sin embargo, la oleada de tecnología ha traído una gran publicidad, y eso es algo que debe controlarse.
ResponderEliminarEn la universidad hablamos de "nuevas tecnologías" como si fuera algo que surgió la semana pasada. ¡Y mi sensación es que llevamos mucho tiempo dentro de este cambio como para no haberlo interiorizado ya! Eso es lo mágico del periodismo: que se adapta a cualquier tipo de soporte, de sociedad, de temática... A todo. ¿Internet es un peligro? Como cualquier cambio, hay personas a la que le asusta. Yo creo que se abre un periodo en el que va a primar la empatía y la meritocracia: quien mejor sepa conectar con su público y dar una información o una opinión de mayor calidad, ganará la batalla contra la sobre-información de la red.
ResponderEliminarGuau, Marta. No sé si puedo estar más de acuerdo en que el periodismo es algo "mágico" y a la vez tan realista como que trata de contar el mundo que nos rodea, adaptándose a las circunstancias de cada época y a los soportes que las acompañan. Y si los soportes cambian, el tipo de periodismo también.
EliminarYo seré breve. Bajo mi punto de vista el futuro del periodismo está en su especialización, no en los medios
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